Por qué pintan los gatos
Lo cogemos, empezamos a pasar las páginas, y no dábamos crédito a los que estábamos viendo. Además parecía un libro serio, de la editorial Taschen, nada menos. Miramos el precio, esperando un libro caro, y vemos que cuesta la irrisoria cantidad de 50 céntimos. Lo cogimos de inmediato, esperando que en la caja nos dijesen que el precio estaba equivocado, pero no. Y allá fuimos enseñando el hallazgo a todo el mundo, porque no podíamos pretender que nos creyesen esa historia de que vimos un libro sobre gatos que pintan. De hecho, cuando lo hemos contado sin el libro delante, hemos recibido respuestas del tipo "Te voy a llevar a un sitio en el que todos los gatos pintan".
Cuando le contamos esto a mi suegro, pintor él, nos dio la razón. Nos contó que a la hora de pintar una casa, tiene que tener cuidado si en la casa hay gatos, para que no le cojan la pintura y pongan aquello perdido:
Así que partamos de un hecho, y es que los gatos se sienten atraídos por las pinturas. A partir de aquí, puedes sumergirte en todas las especulaciones que desees. Y vaya si se sumerge el librito.
En el prólogo, vemos esta bucólica estampa de un gato pintando al aire libre, para que sepas lo que te espera. Cuando se la enseñé a un colega, no podía parar de reírse de "el gato pintando en la naturaleza". Quizá los cigarrillos de la risa tuvieron algo que ver en su reacción:
En la introducción, se narra la historia de un colega que estaba en Rusia, y que le respondía a una discusión previa sobre qué se podía considerar arte con unas fotos que había hecho de un programa de televisión en las que se podía ver a un gato pintando. Desafortunadamente, no recordaba la fecha del programa ni la marca de vodka que estaba bebiendo:
En el siguiente capítulo, habla de que la pintura realizada por gatos es ampliamente conocida a lo largo de la historia, comenzando por los egipcios. Habla de unas excavaciones con rollos funerarios con marcas de patas de gato. Éste papiro estaría enrollado bajo una pareja de gatos momificados:
Una litografía de Matissa, la increíble gata pintora de Mrs. Broadmore:
En el capítulo 2 hablan de los criterios estéticos de los gatos, que si son capaces de diferenciar los colores, e incluso se divierten "efectuando arreglos espaciales con objetos de diferentes colores".
En lo que sigue, usaré las "comillas" para referirme a fragmentos de texto copiados del libro.
El pie de la foto inferior reza: "Bonnie, pintando un muro. Boston, 1989. A causa de la vehemencia con que pintan ciertos gatos, los biólogos desacreditan su labor, tachándola de actividad lúdica obsesivo-compulsiva con la que ponen marcas a tontas y a locas, carentes de todo significado"
Abandonando la cordura en 3...2...1...
A partir de aquí, la cosa se pone un pelín delirante, puesto que afirman que los gatos son capaces de copiar objetos del natural y, dado que pasan un 3% de su tiempo boca arriba, mirando las cosas desde abajo hacia arriba, así las plasman en sus pinturas:
Otro ejemplo de pintura invertida o "invertismo":
Por lo visto, la expresión artística de los gatos va más allá. Tenemos el ejemplo de "Princess, Fragmentista elemental", a quien vemos en una foto con un pequeño teclado musical en el suelo, que "suele experimentar con sonidos mientras pinta. Su pieza favorita es una melodía para flauta con ritmo de bossa nova, que ella entona en este sintetizador". Sin comentarios.
Le gusta trabajar con dos lienzos, utilizando uno para bocetar, el cual destruye casi siempre.
Princess retratando a su compañero Boris:
...
100% completado.
La parte dedicada a "Rusty, Impresionista psicométrico", nombra las costumbres de este gato "con la nariz inconfundible de un artista", el cual pinta elementos traumáticos de su vida: una bicicleta con la que una niña le aplastó intencionadamente la cola, o cuando la hija de su amo se cayó en una piscina. De él, se dice que "es muy sensible a los cambios de la electricidad estática y posee en consecuencia una elevada capacidad premonitoria, siendo capaz de predecir ciertos eventos, antes de que ocurran".
En el último capítulo, Otras formas de expresión artística, van más allá de la expresión pictórica, elevando a la categoría de arte los arañazos en sillas, persianas, o sofás. Según el libro, "la fuerte tela que cubre los muebles está tensada firmemente sobre el relleno, que se mantiene en su lugar gracias a los soportes. Ello permite un trabajo de degradación progresivo y controlado, por largos períodos de tiempo". Además, hacen diagramas de interpretación de los arañazos:
También se atreven con interpretaciones en las marcas dejadas en la arena de sus bandejas sanitarias: