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A pluma

Publicado por Trablete a las 18:13 en , , ,
Para el cumpleaños de mi mujer, entre otras cosas, le cayó un juego de tres plumines. En un principio pensé que eran todos para zurdos -de ahí lo especial del regalo-, pero se trataba de uno de punta recta para zurdos, con una levísima inclinación hacia la izquierda, uno para dibujo, y uno flexible para caligrafía inglesa. Yo no hago caligrafía, pero sí que dibujo, así que pedí un palillero para enganchar el plumín, cogí mi bote de tinta china, y me puse a ello.


Primero probé con la de dibujo, y me sorprendió el detalle al que se puede llegar, lo finas que puedes hacer las líneas... me recordó a los grabados antiguos sobre anatomía. También me sorprendió lo que puede llegar a durar una carga de tinta. Tiene su encanto eso de ir mojando la pluma a ratos.























El ojo y el recipiente fue lo primero y lo segundo que hice. También probé a escribir, pero no deslizaba muy bien.


La neurona es fruto de una mancha de tinta que me cayó.


Una vez hice un diseño para una tarjeta de una cerrajería, y fue algo en esos términos, con un perfil tomando la forma de la portada del Tubular Bells. Lo de Tubular HEBells es un chiste con los perfiles HEB, que son los que tienen forma de H.

Después de un rato haciendo el tonto con la pluma, decidí probar con la de escritura. Claro, había que escribir algo... pero, ¿qué? Pues una frase oída en ese momento, un aviso para niños en peligro, y lo que en ese momento se me pasaba por la cabeza. El ladrillo de tres patas© lo había dibujado poco antes.























Poco después probé a dibujar con ella (hice esa especie de lápida rechoncha), y me gustó mucho más que la anterior. No sólo por la anunciada flexibilidad, sino porque se pueden valorar líneas -dibujar distintos grosores- mucho mejor.


La circunferencia del aparato de medir ése es casi tan pequeña como una moneda de 2 €. Aún así, pude dibujar pequeños números.



Aún no logro que me salgan bien los icosaedros. En cambio las máquinas dibujantes, sí.

El alzado del tejado (a la derecha) lo hice con la pluma de dibujo, y la sección, con la de escritura. Qué mejor motivo de dibujo que uno que te sabes de memoria, ¿no?  

Más cosas para probar, con mancha aprovechada otra vez.

Edificio con cristales delante -todo un clásico. Éstos los hacía a boli en el instituto. Dibujas algo en flojito, añades cristales, y repasas por fuera. 
A propósito del álfil, mientras lo hacía me vino a la cabeza un peinado femenino que está de moda, consistente en un moño alto y apretado, como la bolita del álfil. Vi a mi cuñada con ese moño, y casi le pido una foto con la cabeza alzada y la boca entreabierta.


Probé con los nudos celtas, tal y como hago a lápiz, pero no resulta muy bien, porque se ven todas las líneas, como en el de la derecha. El hueco es un poco raro, porque iba a ser de tres cuadritos, y centrado, pero he estado probando, y los huecos de número impar no funcionan. Probé aumentando por debajo, y ni de esa manera. Así que reduje el hueco, y cerró.
El de la izquierda quedó más limpio porque no pasé todas las líneas, sólo la central, y fui dibujándolo poco a poco.  



Estuve mirando todos los libros de Quino que tenemos (menos el Todo Mafalda), para ver cómo se las arreglaba para texturizar, y así me salió el árbol y el objeto al lado de la r. Me resisto a llamarlo lámpara, porque tuvo origen en un pétalo de rosa que había en la mesa. 


Me encanta como texturiza Quino. Intenté hacer una nube como las que él hace, pero terminé recargándola y quedó en una nube de tormenta.


La taza de mimbre está inspirada también por los libros. Mientras hacía la fogata me preguntaba en la contradicción de sombrear unas llamas. Luego intenté hacer un icosaedro, pero sin éxito, así que lo reaproveché para hacer un virus, pero me dio pereza dibujar tantas patas, y se quedó en mecanismo unípedo. La especie de pato con un hatillo detrás nace de una mancha de tinta, por supuesto.


Finalmente, les presento a la clave de Sol divertida, y a la clave de Fa violenta. La primera es una idea para un dibujo que hice a una amiga hace unos años, y la segunda es nueva por mi cabeza. Bienvenida.  

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No me gusta el country, pero...

Publicado por Trablete a las 23:22 en
...he de confesar que no le hago ascos.

Mi clasificación de la música es, de mayor a menor preferencia:

  • Me compro el disco. E incluso voy a sus conciertos.
  • Me la descargo o escucho en internet. Junto a la anterior, conforma la música que me gusta.
  • No me la descargo. Aquí entra el country, la música disco, las zarzuelas...
  • No me gusta. Y punto.

Una vez fui a casa de un colega y, curioseando sus discos, vi una caja de unos 10 CD de música country. Y me pareció peculiar. No sabía que le gustase el country. Claro, nadie va por ahí diciendo ¡eh, me gusta el country! 

El primer ejemplo de que existían canciones de ese género que podían gustarme proviene de Dave Carrol, y tiene su origen en un viaje en avión en el cual su guitarra queda dañada por el maltrato que sufre el equipaje a manos del personal de tierra. Éste se queja a las azafatas, que le dan largas, así como la compañía posteriormente. Tras una frustrante lucha para que le pagaran su flamante guitarra Taylor de 3500 dólares, llegó a decir a atención al cliente que haría una canción contando toda la historia, pero en vano. Aquí tenemos el vídeo, en el que le dan un toque de humor a la historia:

Dentro de un rato auguro un Uniteeeeeed cantado al azar...

En orden cronológico, la segunda canción que me hizo darme cuenta de que tal canción estaba guay (y era country, cielos) se llama I like guns, de un tal Steve Lee, un señor australiano que creció en el outback. Desde su niñez, ha estado rodeado de armas; él no sabía que había gente que no tenía armas. Las armas siempre han formado parte de su vida, le encantan, y lo plasma en este vídeo:


El tema pertenece a un disco homónimo, en el que todas las canciones tratan del amor a las pistolas, revólveres, rifles, fusiles y todas las armas que caben dentro de la traducción de gun. 

La tercera canción hacía bastante tiempo que la conocía, pero no había caído en que era country. Se trata de Me and Bobby McGee, cantada por Janis Joplin:

Me And Bobby Mc Gee by Janis Joplin on Grooveshark
La transcripción de la letra es muy graciosa, pues siempre incluyen tooodos los nananá nanananá nananánana...

En el mismo disco, un recopilatorio, conocí también Summertime, y me sigue gustando más su versión que la de Sinatra u otros señores (y señoras) en blanco y negro. En fin. A lo que íbamos. 

Hace relativamente poco, oí en la radio unos comentarios a Me and Bobby McGee, en los que clasificaban al tema como perteneciente a la música country, y me quedé pensando... joder, es verdad. Toda la vida (bueno, desde segundo de carrera) gustándome el tema, y ni me había dado cuenta. 
Lo primero que nos llamó la atención de la canción, de la cual se colige que Bobby era un tío genial, era su autor, Kris Kristofferson. En aquellos tiempos no sabíamos que Bobby era un nombre utilizado tanto para hombres como mujeres, de hecho se hizo aposta. En este articulo lo cuentan bastante bien.

Tiempo después, conocí unos discos que recopilaban canciones de las pelis de Disney, centrándose en distintos estilos musicales, los Disney adventures in... Tengo por aquí de jazz, bossa nova, samba y blue grass, que es ese estilo derivado del country, el de los duelos de banjo. A raíz de escucharlo, he terminado por poner en ocasiones el estilo ese en una radio online, como animada música de fondo para trabajar, y es una risa.

Estaba buscando un enlace al Disney adventures in bluegrass, pero encontré otro disco con versiones bluegrass de canciones de Disney. Parece que tiene éxito la fórmula.

Mi Propio Pastito Interior