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Ayer me corté
¡Atención, post con banda sonora!
Me encantan los cuchillos y las actividades relacionadas con ellos. No todos, claro. Los de la mantequilla no me hacen más tilín que a cualquiera, y los de sierra me gustan menos. Aunque un amigo que sabe del tema dice que son mejores para cortar queso, yo sigo prefiriendo los lisos. Sobre todo desde que me corté haciendo picatostes con pan duro:
Me encantan los cuchillos y las actividades relacionadas con ellos. No todos, claro. Los de la mantequilla no me hacen más tilín que a cualquiera, y los de sierra me gustan menos. Aunque un amigo que sabe del tema dice que son mejores para cortar queso, yo sigo prefiriendo los lisos. Sobre todo desde que me corté haciendo picatostes con pan duro:
Me he cortado. El dedo me sangra. Me lo chupo y voy al lavabo a lavarme la herida. Me echo agua del grifo para limpiarla, pero no dejo de sangrar. Cierro el grifo, viendo que no soluciona nada, y el lavabo comienza a mancharse de rojo. Nunca es mal momento para que te salga la vena artística, la sangre es algo que me apasiona, con sus colores y su manera de escurrir. Además era mía, y tenía libertad de acción, que jugar con la sangre de los demás está feo.
Empecé a salpicar el lavabo con el dedo, ayudado por su compinche el pulgar, y éste es el resultado general:
¡Cosa bonita! La parte cercana al desagüe es la de mayor volumen, la que sufrió los efectos de la pendiente. Las gotitas quedaron tal cual. Precioso. La cosa en detalle es así:
Con el flash se aprecia que por dentro del desagüe también se ha manchado.
¿A que es precioso?